sábado, 4 de enero de 2014

FELIZ AÑO NUEVO 2014




Foto: Oropendula y ave conocida como "Bobo" cuyas poblaciones se pueden observar en San Miguel. Pareja de periquitos verdes descansando después de haber espantado con su manadas las nubes de los meses de octubre, noviembre y diciembre






FELIZ Y PROSPERO AÑO NUEVO 2014



El Comité Bandera Azul Ecológica de San Miguel de Santo Domingo le desea un Feliz Año 2014 que ojalá traiga un poco de respiro a nuestra generosa Madre Tierra a la que tanto daño le estamos haciendo por avidez e insensatez de unos pocos. En Costa Rica, nuestras actuales autoridades políticas parecieran empecinadas en seguir destruyendo la sostenibilidad ambiental e hídrica del país, con decisiones unilaterales e inconsultas tomadas contra los mismos criterios técnicos y legales de funcionarios de rango medio de varias entidades públicas. Con la consecuente y creciente conflictividad en materia ambiental y la judicialización de los problemas que enfrentan las comunidades ante a los atropellos cometidos por las mismas autoridades del Estado costarricense. Lemas destinados al exterior tales como "Costa Rica: un país sin ingredientes artificiales" o "Costa Rica, un país más verde" no encuentran consistencia alguna con las políticas depredadoras de nuestros recursos naturales que se gestan desde las máximas instancias políticas: los hallazgos de los últimos informes del Estado de La Nación detallan de manera agobiante el nivel de miopía de nuestras autoridades, así como la cantidad de recursos de amparo o de inconstitucionalidad declarados con lugar por la Sala Constitucional en materia ambiental. Un artículo publicado precisamente en la víspera de Navidad en La Nación ("Prioridades", del profesor Daniel Rodríguez A.) refiere al "cascarón" en el que se ha convertido este discurso verde hacia el exterior al comparase con la triste realidad del ambiente en Costa Rica de los últimos años.

En esta época del año en la que el cielo despejado deja entrever la pureza de su azulado, cargado de mágicos aires nuevos, en la que las tardes de celajes esplendorosos son acariciadas por el dulce murmurar de los vientos alisios; en la que las noches se magnifican con infinidad de luces y centellas esperanzadoras, somos todos invitados a hacer una pausa en el camino y a reflexionar. Reflexionemos profundamente sobre lo que hemos hecho, lo que hemos dejado que nos arrebaten, lo que estamos dejando que sigan arrebatándonos, y sobre lo que le dejaremos a los que ni tan siquiera han nacido en nuestro país.