LLAMADO EN DEFENSA DE LA TIERRA DOMINGUEÑA:
Al celebrarse hoy en el mundo el Día Mundial de la Tierra, queremos hacer un breve llamado en defensa de los suelos de esta hermosa tierra domingueña que nos rodea.
Según el geomorfólogo Jesús Enrique Santiago, " El suelo es la capa superficial de la superficie terrestre constituida por materiales orgánicos e inorgánicos. Los suelos residuales, es decir, aquellos que se desarrollan sobre plena roca madre, poseen un corte que muestra de arriba hacia abajo cuatro horizontes esenciales: a) hojarasca, b) capa mineral con humus, c) capa mineral sin humus y d) roca madre en proceso de meteorización. Los edafólogos (especialistas en el estudio de los suelos) afirman que un suelo es profundo cuando supera los 100 centímetros. El término suelo, según la edafología, se aplica entonces a la capa superficial donde se sustentan las plantas, puesto que las raíces de los árboles tienden a extenderse más lateralmente que en profundidad.
Una de las particularidades de los suelos es que están conformados por materiales no consolidados, bien sea arcillas, limos, arenas, gravas, etc. Y es precisamente esta característica la que los hace susceptibles a la erosión, especialmente a la erosión hídrica".
En Costa Rica, principalmente en el Valle Central, "se están perdiendo los mejores suelos agrícolas bajo montañas de cemento. Poco a poco, los cafetales, las hortalizas y otros cultivos van sucumbiendo ante el avance descontrolado de las urbanizaciones, carreteras, quintas, edificios, etc." según el análisis del experto Alexander Bonilla (http://www.alexanderbonilla.com/files/actualidad/archivo90.htm) .
Hay que saber que Costa Rica, como todo país situado en zonas tropicales, posee un suelo sumamente sensible al proceso natural de erosión. Según el mismo estudio, "en condiciones naturales se necesitan de 100 a 400 años para constituir 10 milímetros de suelo". Si señoras y señores: al tomar en su puño un poco de tierra negra domingueña y levantar su mirada hacia ella, tiene Usted en sus manos el resultado de un lento proceso evolutivo de centenares de años que lo observan !
Pero la lentitud de ese progresivo proceso para obtener esta tan preciada tierra contrasta con la inmediatez desarrollada por nosotros mismos para destruirla y arrebatarla por siempre: no se tiene cálculos de la cantidad de toneladas cúbicas de tierra que pierde cada año Costa Rica, pero es evidente que el país está enfrentando un agravado proceso de erosión de sus suelos, y así lo confirman varios estudios de la Escuela de Geología y de la Escuela de Geografía de la UCR.
Algunos nos dicen que el problema es que Costa Rica llueve ahora mas que antes. El estudio de los datos registrados por los índices de pluviometría en el Valle Central indican que llovía tanto sino mas que ahora. El problema actual, no es que caiga mas agua del cielo, sino que una vez que toca el suelo, el agua empieza a correr con una violencia que antes no tenía: ya no hay hojas en los árboles, malezas para aplacar su caída, ya no hay raíces para frenar su ímpetu y sostener la tierra, por lo que el lavado y la escorrentía se aceleran de manera exponencial. Los lugares en donde naturalmente el agua era absorbida por la tierra (bosques, cafetales, pastizales) han cedido a espacios descubiertos (laderas lavadas o potreros) o al paso a casas, calles, adoquines, urbanizaciones, supermercados, y otras obras que impermeabilizan la tierra. Las partes altas de las cuencas de los ríos del Valle Central deben ser particularmente controladas, dado los efectos desastrosos para los municipios "aguas abajo", que ya sufre Heredia con cada aguacero.
Tomemos un ejemplo aquí en Santo Domingo de Heredia: el accelerado proceso de urbanización , los movimientos de tierra mal planificados en las laderas de los ríos domingueños, hacen que Santo Domingo pierda cada año grandes cantidades de metros cúbicos de tierra. Ello sin contar la que queda "prensada" bajo las nuevas urbanizaciones y que poco a poco también se va lavando de manera subterránea.
La enorme cantidad de agua que antes se resumía en cafetales, pastizales, bosques, ahora corre con cada vez mayor fuerza aguas abajo. El agua es incontenible: siempre buscará su camino. Pero el impulso que tiene es cada vez mayor, convirtiendo un otrora tímido hilo de agua en potente corriente que arrasa materiales y tierra y destruye todo por su paso.
Esta situación se ve reflejada en los cauces de los ríos, seriamente amenazados: cada vez es mayor la cantidad de tierra y de piedras que proviene de las laderas inlcinadas que colindan con los ríos. La antigua poza del Olimpo en el Río Tibás, en al que muchos migueleños hoy adultos aprendieron a nadar, hoy esta completamente atascada de tierra y pideras, alcanzando la columna de agua un nivel de unos 20 centimetros si acaso. El proceso de acumulación de sedimentos en los ríos provoca que con la crecidas, estos se desborden y que el agua amenaze con mas fuerza las bases de los puentes y carreteras.
Nuestro Comité en San Miguel ha denunciado proyectos que afectan directamente la cuenca de elos ríos Virilla y Tibás. En el primer caso, el proyecto FAZAO asi como un depósito de trailers en la cuenca del antiguo Tajo Zurquí y que, visto desde los Sitios de Moravia, da una idea de la magnitud del daño ocasionado desde Santo Domingo al cauce del Río Virilla. En el segundo caso unos movimientos de tierra de un terreno situado justo detrás de la escuela de Castilla en San Miguel, iniciados (que extraño ¿no?) justo antes de Semana Santa en el 2009, y que "terrazean" una ladera que era una antiguo cafetal de una manera poco sostenible (y que colapsará posiblemente con los primeros aguaceros de temporada que se avecinen (Foto incluida en que se aprecia al fondo la malla de la Escuela de Castilla).
En ambos casos, las autoridades municipales han sido alertadas por este Comité, quién ha girado los oficios correspondientes con las ilustraciones y fotos aportadas por vecinos de San Miguel, sin que a la fecha se haya podido obersvar la suspension o clausura de ambos proyectos.
La Municipalidad de Santo Domingo posee como nosotros el Informe sobre Fragilidad Ambiental remitido en el 2006 y que cataloga los suelos de Santo Domingo en función de su vulnerabilidad en 5 categorías. Ambos proyectos se sitúan en la categoría I, a igual que el talud que colapsó en el puente del Barrio del Socorro. La Municipalidad de San to Domingo sabe muy bien, como nosotros, que la tierra en Santo Domingo es fértil, pero muy vulnerable al proceso de erosión.
La pregunta que nos podemos hacer, hoy, Dia Mundial de la Tierra, es la siguiente: ¿que tipo de cantón estaremos heredando a nuestros hijos? Uno de espacios verdes, cafetales y rios, o uno de cemento, varilla y quebradas entubadas por el cemento? Y... que quedará entonces de la fértil tierra domingueña que labraba con aquel sudor y hombría aquel sencillo labriego que quedo para siempre retratado en el Escudo del Cantón de Santo Domingo?
Al celebrarse hoy en el mundo el Día Mundial de la Tierra, queremos hacer un breve llamado en defensa de los suelos de esta hermosa tierra domingueña que nos rodea.
Según el geomorfólogo Jesús Enrique Santiago, " El suelo es la capa superficial de la superficie terrestre constituida por materiales orgánicos e inorgánicos. Los suelos residuales, es decir, aquellos que se desarrollan sobre plena roca madre, poseen un corte que muestra de arriba hacia abajo cuatro horizontes esenciales: a) hojarasca, b) capa mineral con humus, c) capa mineral sin humus y d) roca madre en proceso de meteorización. Los edafólogos (especialistas en el estudio de los suelos) afirman que un suelo es profundo cuando supera los 100 centímetros. El término suelo, según la edafología, se aplica entonces a la capa superficial donde se sustentan las plantas, puesto que las raíces de los árboles tienden a extenderse más lateralmente que en profundidad.
Una de las particularidades de los suelos es que están conformados por materiales no consolidados, bien sea arcillas, limos, arenas, gravas, etc. Y es precisamente esta característica la que los hace susceptibles a la erosión, especialmente a la erosión hídrica".
En Costa Rica, principalmente en el Valle Central, "se están perdiendo los mejores suelos agrícolas bajo montañas de cemento. Poco a poco, los cafetales, las hortalizas y otros cultivos van sucumbiendo ante el avance descontrolado de las urbanizaciones, carreteras, quintas, edificios, etc." según el análisis del experto Alexander Bonilla (http://www.alexanderbonilla.com/files/actualidad/archivo90.htm) .
Hay que saber que Costa Rica, como todo país situado en zonas tropicales, posee un suelo sumamente sensible al proceso natural de erosión. Según el mismo estudio, "en condiciones naturales se necesitan de 100 a 400 años para constituir 10 milímetros de suelo". Si señoras y señores: al tomar en su puño un poco de tierra negra domingueña y levantar su mirada hacia ella, tiene Usted en sus manos el resultado de un lento proceso evolutivo de centenares de años que lo observan !
Pero la lentitud de ese progresivo proceso para obtener esta tan preciada tierra contrasta con la inmediatez desarrollada por nosotros mismos para destruirla y arrebatarla por siempre: no se tiene cálculos de la cantidad de toneladas cúbicas de tierra que pierde cada año Costa Rica, pero es evidente que el país está enfrentando un agravado proceso de erosión de sus suelos, y así lo confirman varios estudios de la Escuela de Geología y de la Escuela de Geografía de la UCR.
Algunos nos dicen que el problema es que Costa Rica llueve ahora mas que antes. El estudio de los datos registrados por los índices de pluviometría en el Valle Central indican que llovía tanto sino mas que ahora. El problema actual, no es que caiga mas agua del cielo, sino que una vez que toca el suelo, el agua empieza a correr con una violencia que antes no tenía: ya no hay hojas en los árboles, malezas para aplacar su caída, ya no hay raíces para frenar su ímpetu y sostener la tierra, por lo que el lavado y la escorrentía se aceleran de manera exponencial. Los lugares en donde naturalmente el agua era absorbida por la tierra (bosques, cafetales, pastizales) han cedido a espacios descubiertos (laderas lavadas o potreros) o al paso a casas, calles, adoquines, urbanizaciones, supermercados, y otras obras que impermeabilizan la tierra. Las partes altas de las cuencas de los ríos del Valle Central deben ser particularmente controladas, dado los efectos desastrosos para los municipios "aguas abajo", que ya sufre Heredia con cada aguacero.
Tomemos un ejemplo aquí en Santo Domingo de Heredia: el accelerado proceso de urbanización , los movimientos de tierra mal planificados en las laderas de los ríos domingueños, hacen que Santo Domingo pierda cada año grandes cantidades de metros cúbicos de tierra. Ello sin contar la que queda "prensada" bajo las nuevas urbanizaciones y que poco a poco también se va lavando de manera subterránea.
La enorme cantidad de agua que antes se resumía en cafetales, pastizales, bosques, ahora corre con cada vez mayor fuerza aguas abajo. El agua es incontenible: siempre buscará su camino. Pero el impulso que tiene es cada vez mayor, convirtiendo un otrora tímido hilo de agua en potente corriente que arrasa materiales y tierra y destruye todo por su paso.
Esta situación se ve reflejada en los cauces de los ríos, seriamente amenazados: cada vez es mayor la cantidad de tierra y de piedras que proviene de las laderas inlcinadas que colindan con los ríos. La antigua poza del Olimpo en el Río Tibás, en al que muchos migueleños hoy adultos aprendieron a nadar, hoy esta completamente atascada de tierra y pideras, alcanzando la columna de agua un nivel de unos 20 centimetros si acaso. El proceso de acumulación de sedimentos en los ríos provoca que con la crecidas, estos se desborden y que el agua amenaze con mas fuerza las bases de los puentes y carreteras.
Nuestro Comité en San Miguel ha denunciado proyectos que afectan directamente la cuenca de elos ríos Virilla y Tibás. En el primer caso, el proyecto FAZAO asi como un depósito de trailers en la cuenca del antiguo Tajo Zurquí y que, visto desde los Sitios de Moravia, da una idea de la magnitud del daño ocasionado desde Santo Domingo al cauce del Río Virilla. En el segundo caso unos movimientos de tierra de un terreno situado justo detrás de la escuela de Castilla en San Miguel, iniciados (que extraño ¿no?) justo antes de Semana Santa en el 2009, y que "terrazean" una ladera que era una antiguo cafetal de una manera poco sostenible (y que colapsará posiblemente con los primeros aguaceros de temporada que se avecinen (Foto incluida en que se aprecia al fondo la malla de la Escuela de Castilla).
En ambos casos, las autoridades municipales han sido alertadas por este Comité, quién ha girado los oficios correspondientes con las ilustraciones y fotos aportadas por vecinos de San Miguel, sin que a la fecha se haya podido obersvar la suspension o clausura de ambos proyectos.
La Municipalidad de Santo Domingo posee como nosotros el Informe sobre Fragilidad Ambiental remitido en el 2006 y que cataloga los suelos de Santo Domingo en función de su vulnerabilidad en 5 categorías. Ambos proyectos se sitúan en la categoría I, a igual que el talud que colapsó en el puente del Barrio del Socorro. La Municipalidad de San to Domingo sabe muy bien, como nosotros, que la tierra en Santo Domingo es fértil, pero muy vulnerable al proceso de erosión.
La pregunta que nos podemos hacer, hoy, Dia Mundial de la Tierra, es la siguiente: ¿que tipo de cantón estaremos heredando a nuestros hijos? Uno de espacios verdes, cafetales y rios, o uno de cemento, varilla y quebradas entubadas por el cemento? Y... que quedará entonces de la fértil tierra domingueña que labraba con aquel sudor y hombría aquel sencillo labriego que quedo para siempre retratado en el Escudo del Cantón de Santo Domingo?
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