viernes, 20 de junio de 2008

DIA DEL ARBOL EN SAN MIGUEL: SEMBREMOS ARBOLES, PERO ¡EN SERIO!


En conmemoración del Día del Arbol (15 de junio pasado), el Comité Bandera Azul Ecológica de San Miguel de Santo Domingo realizó este Viernes 20 de junio con escolares de 6º año de la Escuela de Castilla, la siembra de árboles nativos y de arbustos decorativos en el parque situado frente a la Iglesia de Castilla de San Miguel de Santo Domingo. Sembrar un árbol es tal vez lo más fácil. En cambio cuidarlo no: regarlo, abonarlo, "chanearlo" de vez en cuando, retirarle la maleza siempre pronta a ahogarlo y hacerle regularmente su ronda (eliminando la hiebra y maleza a su alrededor) es lo que garantiza que el árbol sembrado crecerá en óptimas condiciones. De ahí que, en vez de ser partícipes de la actual campaña de siembra "masiva" de árboles promovida en la actualidad por varias instituciones en el marco de la campaña " A qué sembrás un árbol" , que no ofrece ningun seguimiento a los árboles sembrados, o de manera muy deficitaria y aproximativa, este Comité decidió limitarse a un número reducido de plantas que serán periodicamente cuidadas por los mismos niños de la Escuela. Cada niño apadrinó su árbol sembrado: Genesis sembró orgullosa un Targuá, Michael un Quitirrí, así como un Jabillo, un Uruca, y otras especies nativas que atraen las aves. Todos estos árboles nativos fueron aportados por integrantes del Comité Bandera Azul Ecológica de San Miguel quiénes los consiguieron en cafetales migueleños libres de hierbicidas, cafetales en desuso o extrayendo plantulas de las orillas del los ríos de San Miguel, donde, pese a la contaminación de sus aguas, la vida aflora por doquier. Los niños se sorpendrieron que la fruta del "Jaboncillo" que sembraron sirviera de jabón cuando sus abuelas lavaban en los ríos de San Miguel y de San Luis.
Ojalá los y las que siembran árboles con niños en Costa Rica realmente se comprometan a verlos crecer, planifiquen inspecciones regulares, obtengan el compromiso serio y responsable de los dueños de fincas para estas, y ayuden realmente a afianzar los primeros pasos de las plantas en este bajo mundo (los cuales, como para cualquier ser viviente recién nacido, requieren de cuidos y atenciones).
Y no dejemos que la siembra de un árbol se convierta unicamente en un acto "para la foto" a lo que nos han acostumbrado tantas instituciones públicas en busca de imagen ante las comunidades. Y aún menos, que los entusiastas niños y niñas llamados a sembrarlos seán utilizados para fines de esta índole.
A plantar árboles, ¡ CLARO QUE SI ! Pero con la seriedad y el respeto que se merece nuestra generosa Madre Tierra.

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